Su voz es profunda y sosegada y aunque por las características de la misma bien valdría para ganarse el pan trabajando en las ondas, la de Aitor es una de las 6 caras amables que se esconden tras la línea del Servicio de Posventa de CMZ. Lleva más de 20 años ayudando a nuestros clientes a resolver incidencias y a mejorar su experiencia en el uso de sus tornos de control numérico. Ha sido testigo y también parte activa del profundo cambio que está viviendo nuestra empresa y hoy se asoma a nuestra sección #wearecmz para contárnoslo.
Dos décadas dan para mucho y Aitor bien lo sabe. Ha podido formar a los que empezaban, guiar a los recién llegados y "jubilar" a apreciados compañeros. Cuando le preguntamos qué es lo que más le gusta de su trabajo Monje duda. Su día a día es tan dinámico que es difícil elegir. Para él somos algo más que meros fabricantes de tornos CNC. Todo lo intangible que rodea a la máquina es un valor añadido de proporciones incalculables según para qué clientes. El abanico de servicios que desde nuestro departamento de posventa despliegan ante nuestros usuarios está muy bien considerado entre los compradores de nuestras máquinas CNC. Basta con darse un paseo por las opiniones de clientes sobre CMZ para verlo. La calidad y la cercanía del servicio han sido factores determinantes a la hora de elegir CMZ.
Hay un dicho popular que dictamina que más vale prevenir que curar y es la máxima de nuestro Servicio de Asistencia. Desde el comienzo intentan educar al cliente en la necesidad de realizar un correcto mantenimiento preventivo para prolongar la vida útil del torno. Nuestras máquinas están diseñadas para funcionar a pleno rendimiento durante más de 20 años. Tanto Aitor como el resto de compañeros de su departamento creen que los contratos de mantenimiento son una opción muy interesante para conservar la máquina en condiciones óptimas y maximizar su productividad.
"La capacidad de influir en la manera en que la máquina sirve a los clientes es lo más bonito" afirma Aitor con rotundidad. No siempre es fácil, pero eso también es motivante. Son pequeños desafíos que con las tablas y la confianza que dan tantos años de experiencia siempre acaban resolviéndose. Muchas veces es cuestión de perspectiva. Una de las principales destrezas que cualquier ingeniero del servicio debe tener es precisamente esa capacidad para saber analizar un problema desde todos los ángulos posibles. Durante toda su carrera se ha enfrentado a diferentes situaciones y no siempre la que a priori parece más simple tiene la solución más rápida.
Su capacidad de reacción, su don de gentes, su predisposición a ayudar siempre, la profesionalidad y el saber ser el enlace perfecto entre la máquina y el usuario hacen de Aitor un engranaje imprescindible dentro de CMZ sin el cual nada sería lo mismo.